¿Quieres ser coach? Comienza por un curso de coaching en Barcelona
Coach, personal trainer, mentoring… Están de moda ciertos anglicismos que en realidad definen algo que ha existido toda la vida: la capacidad de las personas para guiar y motivar a su entorno. Son personas especiales, que tienen la virtud de hacer sentir bien a todo el que se acerca a ellos y son hábiles aconsejando y disfrutando ayudando a las personas. ¿Eres tú una de ellas? El mundo del coaching te espera.
¿Qué es el coaching?
Atendiendo a la definición que la Escuela Europea de Coaching hace del término, el coaching es el arte de hacer preguntas para ayudar a otras personas, a través del aprendizaje, en la exploración y el descubrimiento de nuevas creencias que tienen como resultado el logro de sus objetivos.
«En muchas ocasiones no existen problemas, sino una mala perspectiva ante una realidad. El coach potencia poder cambiar esa visión de los hechos»
Es decir, el coach no soluciona un problema, guía para que sea la propia persona capaz de por sí misma solucionarla. Pone a su servicio las herramientas para que cualquier traba, cualquier obstáculo, sea resuelto mediante un cambio de actitud, de perspectiva.
¿Por qué necesitamos acudir al coaching?
Actualmente vivimos en un mundo demasiado acelerado, sometidos a un estrés que en más de una ocasión es creado por nosotros mismos. Estamos constantemente expuestos a estímulos del día a día que ni siquiera somos capaces de apreciarlos.
Todo ello nos puede llevar a un estado de confusión por el cual perdemos la perspectiva de por qué hacemos las cosas: por qué nos levantamos a X hora, por qué actuamos como actuamos, por qué nos bloqueamos ante una situación o tarea de la que somos perfectamente conscientes de que podemos desempeñarla etc.
En estas situaciones es cuando debemos acudir a un buen coach: para que nos ayude a desbloquearnos y para que recuperemos la perspectiva del por qué de las cosas, ya que hacerlas sin que le encontremos sentido es lo que nos lleva a estados en los que nos sentimos incómodos y en los que actuamos como máquinas.
El coaching por tanto lo podemos aplicar tanto para obtener mejores resultados laborales, de forma individual o en grupo, para objetivos personales y todo aquello que suponga un bloqueo en nuestro día a día.
¿Que debe tener un buen coach?
- Pasión: dedicarnos al coaching no es lo mismo que elegir una profesión de futuro por el simple hecho de que sea capaz de abrirnos puertas. El coaching requiere una dedicación plena, amar lo que se hace, y por ello para ser un buen coach se necesita disfrutar con la labor.
- Empatía: un coach se encuentra con muchísimas situaciones en las que le solicitan ayuda, y todos sabemos que pedir ayuda no es siempre fácil. Por ello, debe mostrarse proactivo, como una herramienta eficaz que no va a aleccionar, sino mostrar el camino, que la persona se sienta en un ambiente agradable donde poder desenvolverse con naturalidad y afrontar sus problemas sin temer ser juzgada.
- Comunicación: la escucha es la clave del buen coach. La primera necesidad que tienen todos los que acuden a un coach es la de que atiendan necesidades que otras personas, por cualquier circunstancia, no han podido atender. Por ello debe ser capaz no sólo de escuchar y asimilar, sino de comunicar en un tono que resulte apacible y agradable, sin sobresaltos ni mandatos.
- Liderazgo: pese a que en la relación entre coach y pupilo no se deben asumir roles de maestro-alumno y la dedicación debe ir enfocada a la guía y no a la imposición de pensamientos o métodos, un buen coach es aquel que es capaz de mantener esa relación entre iguales pero con autoridad para poner en contacto con su entorno a la persona necesitada de sus enseñanzas.
- Motivación: estamos hablando de una de las profesiones para la cual más se necesita vocación. Para poder ayudar a otras personas debemos sentirnos capaces de ello, así como aplicar nuestras propias máximas y no dejar que otras circunstancias nos superen en la labor de ayudar a otras personas.
- Humildad: un coach es un guía, no un superior, y así lo debe ver la persona al que le acude. Debe establecerse una relación de plena confianza entre ambos y esta sólo es posible si se ven en un plano como iguales el uno del otro.
- Autoconocimiento: una relación entre coach y aquel que necesita ser guiado debe basarse en la sinceridad. Un buen coach no va más allá de donde él mismo no es capaz de explorar ese terreno. Por ello, es de vital importancia que el coach aprenda, se sumerja en el mundo del coaching y él mismo ponga en práctica sus propias metodologías.
Curso de coaching en Barcelona
Precisamente para conocer cómo poner en marcha todas estas habilidades sociales y personales en el entorno que resulta el coaching, desde Foment Formació contamos con un curso de coaching en Barcelona, donde no sólo aplicarlas, sino también distinguirlas de otras disciplinas y aprender a potenciarlas mediante la integración cuerpo-mente y otras técnicas que nos pondrán en contacto con nuestra vertiente más resolutiva.
Mediante el curso de coaching en Barcelona serás capaz de desempeñar una profesión en base a tu propio conocimiento y a tus propias capacidades. ¡Aprende a ser capaz de obtener lo mejor de ti y de las personas que te rodean y no se te escapará ningún objetivo!